jueves, 3 de mayo de 2018

EL INGENIERO





Tiene algunas semanas que me encontré en el famoso twitter al protagonista de este relato. Habían pasado cerca de cinco meses cuando lo conocí y encontrármelo en esa red social me hizo recordar esas deliciosas escenas. 

Me encontraba en mi recamara un tanto aburrida, cuando recibí un mensaje que decía más o menos así: “Hola, espero no ser inoportuno, estoy hospedado en el Hotel Maria Barbara, podrías darme informes sobre tu servicio y si es posible atender hoy”. Le dí la información básica, le volví a preguntar si se encontraba en el hotel, que me diera numero de habitación para confirmar su estancia, por otro lado le mandaba mensaje a mi chofer para saber cuanto tiempo tardaría en trasladarse a mi casa. Ya coordinada bien la cita, me puse una blusa con un escote sugestivo, quedamos de vernos en el lobby del hotel.

Llegue muy puntual a la cita y espere unos minutos en el lobby, mi imaginación comenzó a volar, aunque había cruzado pocas palabras con él al teléfono, su voz poco madura pero muy interesante, me hacían querer saber como era. Voltee a donde esta la alberca y vi venir a un caballero delgado, con barba, se veía atractivo y me dije: ojalá sea él y si no, ya se a quien imaginarme cuando este en pleno acto. Minutos después lo tenía frente de mi, lo salude como si nos conociéramos de siempre y de inmediato nos fuimos a la habitación. En el camino, me contó que era ingeniero, estaba de viaje de negocios y que era la primera vez que contrataba un servicio así, consulto a una de las paginas y fui la única chica que le apareció por la zona y pues esa era la historia de como llego a mi ó yo a él.

Entramos a su habitación, de las más lindas de ese hotel, ya se había duchado antes de bajar por mi al lobby y yo estaba más que aseada, me dijo que podía ponerme cómoda y me quite el pantalón que traía puesto, para dejarme las medias, ligueros, tacones y tanguita, sin nada arriba, comenzamos a besarnos, nuestras lenguas jugaban y sentía como sus manos acariciaban mi espalda y mis nalgas. Lo fui llevando poco a poco a la cama, nos seguimos besando y después comenzó a seducirme, con esas caricias, esos besos en el cuello, que lo llevaron después a mi pezones, y a jugar con mi clítoris; le pedí se recostara para que conociera lo que soy capaz de hacer, lo bese, también fui recorriendo su cuerpo hasta llegar a su verga y chuparla toda, desesperadamente, como si no volviera a tener sexo ó como si tuviera que saciar todas mis ganas hasta volvernos a ver. Ensalive su verga y sus bolas, no pude evitar ir jugando mas allá, para provocarle un orgasmo más intenso… me detuve y seguí chupándole la verga, le puse el preservativo, no pude evitar querer sentirlo dentro de mi, llenarme de placer, me movía con ese ritmo que se que podemos disfrutar los dos. Recuerdo que estar con él en la cama, era como una lucha o guerra de poder, a veces el me poseía y tomaba el control y otras veces era yo quien lo hacía mío. Recorrió mi espalda, para después penetrarme, sentir su respiración entrecortada en mi cuello y oírla, uuuufff me pusieron la piel erizada, preferí decirle que cambiaremos y que me dejara recorrer también su cuerpo, con mis manos, con mi lengua hasta llegar a una parte donde provoque se excitará muchísimo más. Volví a chupándole la verga, solo podía ver como lo disfrutaba y continue haciéndolo, pidiéndole que me diera su lechita, se la chupaba y se la masturbaba, una de mis manos le acariciaba las bolas, hasta que sentí en mi boca el calor de su semen.

Después de llegar a esa relajación, nos recostamos, intento conocerlo un poco más. Es un caballero sumamente interesante, por su personalidad y por su manera de pensar, aún recuerdo como dice que se verá en unos años: sentado con una copita de vino.

El tiempo estimado para estar con él eran dos horas, aún nos quedaba tiempo suficiente para volver a repetir ese momento, lo que yo no imagine es que él fuera ahora a tomar las riendas.

Nos besamos y fue acariciando mi cuerpo, yo estaba boca arriba, mis piernas las fue acariciando y llego a mis labios con sus manos , se abrieron mis piernas, comenzó a jugar con mi clítoris, su respiración la sentía en mi cuello y después bajo un poco a mis pezones, hasta ponerlos muy duros, me hizo estremecerme. Ahí no acaba todo… Tenía mis ojos cerrados, solo sintiendo lo que el hacia conmigo, cuando empezó a susurrarme que me acariciará también, mi mano le ayudaba a la suya, me dijo siéntete, como te estremeces, imagina que soy yo sobre ti, mis labios pedían ser besados, puedo jurar que sentí como comenzó a cambiar mi respiración, como necesitaba llegar al orgasmo, no dejo de susurrarme al oído, hasta que logro lo que hace mucho no sucedía, me hizo tener un squirt, ese orgasmo tan intenso y que dura más de lo normal, y después de ese squirt siguió jugando con mi imaginación, hablándome al oído y haciéndome estremecer una y otra vez.

Ese instante de placer sin duda tenía que hacer que él también disfrutará de la misma manera que me hizo a mi hacerlo. Seguimos, se la volví a chupar, desesperadamente, apasionadamente, desenfrenadamente, como si de eso dependiera que esa noche terminara espectacular y así fue. Hasta hoy nadie me había hablado así al oído, describirme una escena y que yo la imaginara, que de ahí me hiciera llegar al climax.

Después de eso, me metí a bañar, mis piernas me temblaban, al salir de bañarme, nos vestimos y me acompaño al lobby nuevamente, estábamos muy relajados, creo que el no esperaba pasarla tan bien y yo mucho menos. Lo que parecería un viernes aburrido, él lo convirtió en uno de los más placenteros. Nos despedimos, no se si nos volvamos a encontrar, pero hoy que esta presente en mi twitter, algunas veces me hace recordar esa noche, como el hombre pudo seducir a mi imaginación.