domingo, 13 de diciembre de 2020

LA CABAÑA

Han pasado unos días después de tu cumpleaños y quería sorprenderte. Dos horas de camino, donde las caricias comenzaron en tu pierna y se volvieron mas intensas al abrir tu pantalón para acariciarla y chupártela. Me pediste que parara.  Llegamos al camino que nos llevaría directo a la cabaña  donde pasaríamos el fin de semana. Te detuviste y volví a chupártela, mientras tu mano se deslizaba por mi escote para acariciar mis pezones, me encanta excitarte así hasta lograr que te desahogues en mi boca; pasar de hacértelo profundo, hasta ensalivarlo muy bien y ayudarme de mi mano, no paro hasta sentir tu sabor. 


Hemos llegado a nuestro destino. Mientras ponían acogedor el lugar, nos seguimos besando, cada vez más apasionado, tú lengua devoraba la mía. Al entrar la chimenea prendida y una botella de Champagne nos esperaba. Deben ser como las 6:30 pm porque está oscureciendo.  Nos ponemos cómodos para tomar un poco, me quito los leggins y la blusa, para quedar con la lencería azul que tanto te gusta. Tú estás sentado en un sofá cerca de la chimenea, me acerco por detrás, acaricio tu cuello, paso mi lengua y te susurro al oído las ganas inmensas que tengo de sentirte. Te rodeo hasta estar frente a ti, abro la cremallera de tu pantalón y ya la tienes durísima, comienzo con besitos, luego le paso la lengua, hasta comérmela toda; mientras tanto tú te vas quitando la camisa. Termino por quitarte el pantalón y yo el sostén. Me pongo un hielo en la boca y recorro con el tu pecho hasta llegar a tu verga, eso te estremece, sigo chupándotela hasta que se consume. Me pongo de pie y me das a tomar un poco de tu copa, lo retengo en mi boca para darte a probar en un beso apasionado, tus manos acarician mis nalgas, sé que quieres ya sentirme, pero aún no, quiero llevarte a un punto máximo de excitación. Te vuelves a sentar y también derramo un poco de Champagne en tu cuerpo, paso mi lengua hasta beberlo, y vuelvo a chupártela, te la ensalivo tan bien que me dan ganas que termines nuevamente en mi boca. 


Me pides parar y ha llegado mi turno de disfrutar, me has arrancado la tanga, créeme que eso me ha excitado como no tienes idea, casi recostada, abres mis piernas y comienzas a lamerme, siento tu lengua entrar y salir, amor no pares, grito y gimo; estoy a punto de terminar, es entonces cuando me llevas a una de las ventanas, mi vista hacia el exterior, un poco inclinada y las piernas lo suficientemente abiertas para que me la metas, tus movimientos son rápidos y profundos, te pido más duro y que me nalguees, solo obedeces. Explotamos de placer al mismo tiempo. Nos sentamos a terminar nuestra botella, antes de ir a la cama para seguir saciando las ganas que tenemos. El olor a sexo es el mejor afrodisíaco. 


Al llegar a la cama los dos estamos más que listos para seguir disfrutando.  Te la vuelvo a chupar. Y después de un largo rato tú me regresas el favor, me tienes empapada y así te vas acomodando sobre mi, mi amor, que ricas son esas penetraciones tan profundas, cambiamos de posición, te cabalgo despacio y poco a poco el ritmo de mis caderas es más rápido, tus manos acarician mis tetas y simplemente no puedo contenerme más, me estremezco sobre ti; después de ese trance me pones en cuatro y me das tan duro que esta vez te dejo empapada la verga con mi squirt, y siento como terminas cuando te quedas pegado a mi. 


Nos recostamos y quedo rendida en tu pecho. 


Aun nos queda una noche más y lo que sucedió a la mañana siguiente y en el bosque... queda pendiente para el siguiente relato.