miércoles, 12 de mayo de 2021

VIERNES DE RELAJACIÓN

Hace una semana me contacto para agendar una cita. Me queda claro que es de esos caballeros de la vieja guardia (súper formal). Envía un mensaje que más o menos dice así: “Quiero una cita de dos horas con facefucking, el día de encuentro será este viernes a las 8:00 pm en el Hotel Roma Amor”


Llegó el día del encuentro y los dos fuimos muy puntuales. Por mensaje me envía el número de habitación #101. Voy con vestido largo, medias y una diminuta tanga.  Como siempre, más que curiosidad es excitación lo que recorre mi cuerpo, quiero saber como es quién me espera al otro lado de la puerta. 


Al cruzar la puerta me siento en confianza, aunque un poco intimidada por su cuerpo tan fornido y es que la toalla que trae envuelta en la cintura deja lo suficiente a mi imaginación. Se tomó el atrevimiento de pedir una botella de vino, me ofrece una copa. A penas terminamos de brindar y voy abriendo poco a poco mi vestido, hasta mostrarle mis tetas, sin pensarlo comienza a comérmelas, poco a poco baja hasta mis piernas, las abre; me quita la tanga, su lengua pasa una y otra vez por mis labios.  Yo también quiero probar, así que le pido recostarse para llevarme su gruesa verga a la boca, se que disfruta como la rodeó con mi lengua y me la como toda. Subo poco a poco y nos besamos apasionadamente. Estando sobre él, siente mis labios húmedos y su dureza los roza por fuera.  Es muy pronto para terminar esto que apenas se va poniendo bueno. Se la vuelvo a chupar y él me dice que quiere también hacérmelo. Es de los 69 que más he disfrutado. Casi le mojó la cara con el par de orgasmos que me hizo tener. Tomo un preservativo, se lo pongo y lo cabalgo con tantas ganas de exprimirle hasta la última gota. Me acerco y me alejo, me chupa y pelllizca los pezones. Sus manos en mis caderas al subir y bajar me hacen gemir más fuerte.  Le suplico que me de su lechita en mi boca, lo cual acepta. Así que me quito y comienzo a chupársela, esperando mi recompensa, sintiéndola hasta la garganta, me avisa para que esté lista y no la desperdicie; soy muy obediente y me la como toda. 


Me recuesto unos minutos a su lado, platicamos un poco, nos reímos, nos besamos, me abraza, me acomodo de cucharita para provocarlo nuevamente. Siento sus manos en mis tetas y su verga como se va poniendo dura. Me excita aún más sentir su respiración y lengua en mi cuello. Estoy completamente erizada. Después de unos minutos él está encima de mi, sus manos sujetan arriba de mi cabeza mis manos; me desea tanto que puedo sentirlo en sus besos, en como recorre mi cuello y mis pezones; me hace estremecer una y otra vez. No puedo evitar abrir mis piernas para sentirlo dentro de mi. Se pone un preservativo y me embiste duro, pone mis piernas en sus hombros  para besarlas y acariciarlas. No aguanto tanta excitación, quiero venirme, pero yo arriba de el. Cambiamos nuevamente de posición. Lo cabalgo primero suave y después rápido y fuerte. Me toma del cuello y me besa, mientras mis caderas no dejan de subir y bajar; ¡wooooow! se la aprieto lo suficiente hasta terminar. Al terminar ese trance, mis tetas se las pongo en la verga y se la comienzo a masturbar, hasta hacerlo terminar en ellas. 


Las caricias y arrumacos son más íntimos. Yo estoy recostada boca abajo, él se levanta para revisar su teléfono y al regresar a la cama se recuesta sobre mi. No puedo evitar erizarme cuando siento su verga entre mis nalgas y sus labios en mi cuello. Así me estuvo rozando unos minutos hasta sentir como me humedecía. Me vuelve a recostar y sujeta mis manos, no encuentro palabras para describir lo excitante que es eso para mi. Aún no me penetra,  en mi mente estoy pidiendo que ya lo haga, me tiene caliente y empapada. Al tenerme sujetada así, mis pezones se pone duros y un solo roce con su lengua me hace estremecer, quiero que lo siga haciendo. Me doy cuenta que se pone cada vez más duro, entre más lo disfruto más duro se pone. Se pone un preservativo y me coge suavemente una y otra vez, le acarició la espalda, lo beso y le hago saber que me está gustando como me lo hace, no tardo en sentir como se descarga. 


Todo lo bueno llega a su fin, nos metimos a bañar, tomamos un poco de vino y lo beso apasionadamente para que me recuerde. Tal vez nos volvamos a ver, pero eso solo lo sabe el destino.