sábado, 5 de noviembre de 2022

POST-PANDEMIA





Por el momento está trabajando en Querétaro y tiene tiempo que traemos ganas. Hoy no tenía tanto trabajo por la tarde y me dices que si podemos vernos en el hotel de siempre. Quedamos que si. Son las 4:00 pm y estás instalado en la habitación 306. 


Me puse aquella minifalda, blusa de cuello alto y botines.  Abajo lencería negra de encaje con medias negras.  Al entrar apenas y nos saludamos,  me dejo la lencería puesta, pero por todas esas cuestiones de higiene, hemos acordado meternos a bañar antes. Mientras compartimos la regadera doble del VP Vintage nos ponemos al tanto de lo que hemos vivido y perdido en los últimos meses. Y bueno... ya estando en la cama, las ansias locas son las protagonistas... desde la última vez que lo vi no había estado con nadie más, sentir su boca en mis tetas y los  dedos dentro me hacen humedecer rápidamente; me haces retorcer de placer, me dan ganas de hacerte mío ya. Los besos los hemos dejado pendientes para cuando todo esté un poco más normal, sin embargo la ausencia de ellos no se sintió ante cómo acariciaba mi cuerpo. 

Se recuesta y ya la tiene muy muy dura, te chupo los huevos y luego la verga, un buen rato, para después subir poco a poco y cabalgarte, resbala delicioso dentro de mi, me acerco para que las chupe y vuelvo nuevamente a moverme despacio. Me pone en 4, me susurra que extrañaba ponerme y sentirme así, sobretodo dármela hasta el fondo y rápido. Yo le digo que así siga y que no se detenga. Me complace hasta que termino y luego la saca para llenar mis nalgas de su néctar. 


Platicamos un rato mientras tomamos un poco de vino, antes de que le consienta con un masaje. Sacó el aceite mientras me sigue contando como es su vida ahora que estamos tan lejos y es que antes era más fácil vernos y coincidir. Recorro su espalda con el aceite de arriba hacia abajo, en algunos momentos mis tetas rozan su piel, quiero excitarlo nuevamente. Termino de darte el masaje y me recuesto a su lado, esa tranquilidad nos dura poco, me abraza por la espalda, siento su respiración en mi cuello; siento como se empiezas a poner duro entre mis nalgas, me acomodo para dejarla entrar, susurra a mi oído:no te vas a ir sin antes comerte. Me recuesto, despacio me abre las piernas y juega con mi clitoris y sus dedos dentro de mi,  me pone tan húmeda que chupa sus dedos, recorre mis largas piernas hasta los pies y regresas, eso me excita hasta temblar de placer. Agarro mis tetas y juego con los pezones que se ponen duritos antes de apretar mis labios y piernas. Después de eso, sube mis piernas en sus hombros para penetrarme nuevamente. 


Amor, ya te extrañaba, que rico me lo haces... me haces gritar y gemir hasta volverme a llenar de leche. 

Es una lástima que tiene que regresar a Querétaro hoy mismo, porque fue tan largo el confinamiento que por mi me quedaba hasta ya no sentir mis labios y que me temblaran las piernas al caminar. 


Volvemos a tomar un poco de vino y chocolates, con la promesa que la próxima vez que nos veamos sea en su departamento en Querétaro.