sábado, 30 de enero de 2021

QUITÁNDOME LAS GANAS

Llegó puntal a la habitación 107 del V Motel Boutique. Vestido largo, sin sostén, medias, liguero y una tanguita roja, la cual se llevó para recordar aquel día. 


Toco un par de veces a la puerta, como siempre. Me invita a pasar. Este caballero si tuvo mucha paciencia para conocerme, me contó que al menos 4 veces intento hacer una cita conmigo y por fin llegó el día. Me señala con la mirada que trajo un detalle para mi. Le agradezco con un beso apasionado. 


Sin tanto preámbulo sigo besándolo mientras busco su miembro con mi mano. 


Me desviste sin prisa, pero a la vez con esa urgencia de recostarme y abrir mis piernas. El también se desnuda. Me besa la boca, el cuello, los pezones, hasta llegar a mi paraíso, me hace suya sin piedad. Arriba de mi siento como me penetra despacio mientras chupa mis pezones, apenas recuerdo la forma de su cuerpo, su aroma y sus tatuajes, pero esas escenas llegan como flashazos y me excitan al escribir este relato. 


No deja de recorrer mi cuerpo con su boca, es mi turno me llevo su pene a mi boca, lo ensalivo tan bien que está casi a punto de explotar en mi boca, lo miro fijamente a los ojos y sé que no quiere que sea tan rápido. Me detengo y subo poco a poco, le susurro al odio que lo quiero dentro de mi hasta que me haga gemir y gritar de placer.  Ya no puedo aguantar, me siento en él y comienzo a moverme rápido, grito y me estremezco, tenia días que no lo hacia y esas ganas acumuladas el me las quito.


Me vuelve a recostar y me la deja ir hasta lo más profundo. Me gusta como me esta cogiendo -¡así y no pares!- entre jadeos es lo único que puedo decir, mientras me calla con un beso y siento como explota dentro de mi. Estamos agotados y platicamos los 10 minutos que nos quedan antes de tener que retirarme, pude quedarme más tiempo, pero no me gusta atascarme y sé que me volverá a buscar. Me comienzo a vestir y me dice: la tanga no te la lleves, regálamela... ¡al cliente lo que pida! 


Hace unos días me recordó aquel encuentro y me invitó a su Estado... ojalá podamos algún día coincidir.