domingo, 13 de noviembre de 2022

LO PROHIBIDO SIEMPRE SABE MEJOR





Tiene meses que no te veo y aún recuerda mi cuerpo la última vez que estuvimos juntos en tu departamento. 


La adrenalina a mil desde que llegó; el tener que esconderme, entrar por otro lado para que no nos vean juntos, llegar al departamento nada exuberante y con las llaves en la mano para entrar deprisa. Vaya que me gusta la adrenalina. 


Después de esa entrada triunfal me ofreces algo de tomar. Un delicioso mezcal. Me acerco a ti, te beso apasionadamente y nuestras manos no se quedan quietas, comenzamos a quitarnos la ropa, tú me bajas los jeans y yo desabotono tu camisa. Estamos en la barra de la cocina. Por un momento se me antoja sentarme ahí para que me comas los labios, pero no quiero que te atasques tan rápido, te llevo a tu recámara. Conozco bien el camino. 


Nos tiramos en la cama y tú no dejas de recorrerme con la boca, a lo que respondo con un:¡No seas egoísta, déjame comerte! Nos fundimos en un 69, no nos despegamos el uno del otro. Conocemos bastante bien lo que nos gusta, te recuestas en la cama y se que es momento de sentarme en ti, disfrutar y hacerte disfrutar con mis movimientos. Luego de unos minutos me pones en cuatro, duro y profundo. Te pido que lo hagas más rápido y que quiero hasta la última gota. Mis pocas palabras son ordenes para ti y no te detienes, hasta que siento como me llenas de tu leche. Nos quedamos recostados un rato, apreciando el atardecer. 


Regresamos a la cocina por unos tragos más. Platicamos como siempre de todo, hasta que recuerdas que más tarde hay videollamada con la familia, así que ya sea me meta a una de las recámaras o me salga a la terraza. Que intensidad. Me encanta lo prohibido. Mientras eso sucede, estás sentado en uno de los bancos. Te vuelvo a desnudar, para chupártela, me la como toda, con el deseo y pasión de ver como disfrutas. Me pongo de pie y me recargo en la barra para que así me dejes tus ganas. 


Nos da la noche y pides la cena. En lo que llega haces tú videollamada. Como siempre me consientes con comida, bebida y sexo. 


Antes de ir a la cama estamos un rato a oscuras en la sala ¡Qué hermosa vista! Brindamos y escuchamos la música que tanto nos gusta. Nos besamos y acariciamos. Es mejor ir a la cama a terminar esta rica noche. 


Al menos un par de veces más lo hicimos en la noche. 


Casi como cenicienta mi encanto se termina a las 8:00 am. Son las 6:30 am y te despierto con unas caricias en tu verga, besos que se convierten en chupadas interminables, hasta que te vuelvo a cabalgar. No me detengo, sigo moviendo mis nalgas rápido, me gusta como rebotan en ti; tú me agarras de las tetas, las aprietas tanto que sabes que eso me excita y pone duros los pezones.  Eso hace que me mueva más rápido y te lo apriete más. Hasta sacar la última gota. 


Aplicamos el mismo método de entrada, igual salgo de los condominios. Sin que nadie nos relacione en lo más mínimo.  Mi chofer ya está esperando en el punto acordado.  


Deseo pronto poder verte para hacer realidad el trío que tanto se te antoja.