sábado, 30 de octubre de 2021

HOTEL OFFICE







Son las 2:00 pm, llegó a tu habitación en el V Boutique. Estas en una llamada de trabajo. Mientras terminas me voy poniendo cómoda.  Me despojo de mis leggins y ese suéter que tanto te gusta. De pronto te siento atrás de mi, recorriendo mi cuello y tu dureza entre mis nalgas.  Aún sigues en tu llamada. Acaricias mi cuerpo con tu lengua, llegas a mis pezones hasta ponerlos duros. Me recuestas a la orilla de la cama, abres mis piernas y comienzas a comerme, aún estás en tu llamada y a decir verdad estoy más nerviosa que tú.  Las fantasías se quedan cortas cuando se experimenta de verdad. Días antes platicamos de cómo sería hacerlo en horario laboral y que decir de lo excitados que terminamos después de esa conversación. 

Pasaron al menos 20 minutos para que terminaras tu llamada. Para ese momento me tienes más que excitada, loca por sentirte. Entre besos apasionados te ayudo a quitarte tu ropa. 

Debo confesar que me gusta que me hagas de todo, que tú lleves el control. 

Me recuestas nuevamente a la orilla de la cama, abres mis piernas y me enloqueces con tu lengua. En días pasados me habías dicho que querías que hiciéramos dos cosas: la primera que me sentara en tu boca para que me comieras y la segunda que me viniera en ella para que saborees todo lo que sale de mi, así que acepto. 

Antes de que todo eso suceda, te pido que me la metas.  Lo hacemos de misionero, mis piernas rodean tus caderas y tu boca juega con mis pezones, es tanto lo que siento así que me vengo a chorros al menos unas tres veces. No quiero que pares. Pero en eso llaman a la puerta para dejar el vino que pediste. Así que hacemos una pausa en lo que platicamos y bebemos un poco de vino.  

Al besarnos las ganas se encienden más.  Me pones en cuatro a la orilla de la cama y me haces estremecer en un par de orgasmos.  Ya estoy lista para cumplir tu petición. Te recuestas y poco a poco voy acercando mi sexo a tu boca, tu lengua juega con mi clitoris y tus manos con mis tetas. Me haces gemir más y más fuerte; mis movimientos no mienten, en ese instantes siento una descarga, te empapo la boca de mis fluidos. Después de eso me acomodo en tu verga y te cabalgó hasta terminar creo unas dos o tres veces. No es que lleve la cuenta, pero me sentía como con juguete nuevo…gozándolo al por mayor. 

De tantas veces que me lo hizo, antes de irnos lo hice terminar con mi boca y con mi mano.  Nos metimos a bañar. Me acompaño hasta la entrada del garage. Nos besamos apasionadamente para despedirnos. Llegue a casa a dormir un par de horas. Pasaron días y mi cuerpo aún recordaba como me lo hizo.  Desde ese día, siempre que lo hacemos me hace pedirle más.